martes, 15 de mayo de 2012

LIMITES Y NORMAS PARA ADOLESCENTES

Cómo poner normas y límites a los adolescentes La disciplina sigue siendo tan importante en la educación de un adolescente como durante el resto de la infancia. La diferencia es que conforme se van haciendo cada vez mayores, los adolescentes cuestionan cada vez más las normas y límites que sus padres les imponen. Sin embargo la disciplina es una herramienta básica en la formación de una persona responsable y estable, así que es muy importante tener unas normas y límites bien definidos y exigir que todos los respeten. Ayudarles a expresar sus sentimientos. Si un hijo adolescente le pega a un hermano menor, es importante preguntarle por qué lo ha hecho, y pensar en otras formas de desahogar su enfado Expresar reconocimiento cuando su hijo adolescente logra comportarse como es debido. Si llega a casa a la hora acordada por ejemplo, darle las gracias. Si obtiene buenas notas en la escuela, darle la enhorabuena Permitir que participe tu adolescente cuando se fijen normas nuevas. Esto no sólo será una forma de enseñarle el arte de la negociación (algo que le servirá durante toda su vida), sino que le implicará de tal forma que se sentirá más obligado a cumplir con las reglas. Además, si nota que no eres intransigente y estás dispuesto a escuchar su opinión, aprenderá a hacer lo mismo. Dar ejemplo. Si un padre o una madre le grita a su hijo adolescente, está enseñándole indirectamente que es una opción válida en caso de desacuerdo, en vez de enseñarle negociar o debatir. En vez de gritar, pare y cuente hasta diez antes de hablar y enseñarle a tu hijo a discutir de forma sosegada e inteligente. Los gritos solamente alejarán más a su adolescente. Darle alguna margen de decisión en el momento de organizar las tareas que debe realizar. Sentarse con su hijo, papel y lápiz, explicarle todas las tareas domésticas, y decidir conjuntamente cuáles serán sus responsabilidades Ser siempre justos. Los padres somos humanos, y a veces nos exasperamos y imponemos una regla nueva o un castigo porque estamos cansados o hartos. Hay que evitar esta situación, pensarlo muy bien antes de introducir nuevas reglas o cambiar una existente, y explicar de forma sosegada el motivo a tu adolescente. Ser muy consistentes y firmes. Por ejemplo, si la norma es hacer los deberes antes de jugar a la playstation, es importante ser inflexible y no cambiarlo nunca, incluso si tu adolescente llega a casa con amigos. Cuando tu adolescente aprende que no vas a ceder, dejará de insistir (aunque esto puede tardar años y supone uno de los aspectos más agotadores de ser padres de adolescentes). Si cedes, tu adolescente cuestionará no sólo esta norma repetidas veces, sino otras también. Ser fiel a tus principios. Probablemente has escuchado muchas veces estos típicos reproches de hijos adolescentes: "Siempre soy la primera que se tiene que ir a casa"; "Pues los padres de Pedro le dejan hacerlo"; "Los padres de Marta la dejan hasta las
12.00...". Y es fácil tener la tentación de ceder. Pero todos tenemos nuestros propios valores, y es importante que nuestros hijos adolescentes aprendan a respetar los nuestros. Explícales que todos somos distintos, y cuando protestan y dicen que ojalá su familia fuese distinta, respira hondo y recuerda que ésta es una reacción típica en los adolescentes y realmente no piensan así. Simplemente forma parte de la adolescencia cuestionar el sistema que les sigue controlando e intentar mover los límites.

ACTIVIDAD 2

ACTIVIDAD 2 Nombre de la actividad: SuperNanny Objetivos Participación padres y madres, Compartir diferentes puntos de vista sobre la actuación correcta ante un problema de conducta infantil y mostrarles una solución correcta ante una conducta negativa. Tiempo: 1 hora Recursos: Un proyector, video de Supernnay Desarrollo: Plantear situaciones habituales a las que los adultos nos hemos enfrentado cuando hemos impuesto determinadas normas a los niños. Para qué estas situaciones nos queden claras, proyectaremos un video de uno de los capítulos del programa SupeNanny en el que se pueden observar distintas conductas infantiles, así como distintas posturas de los adultos ante las mismas. Tras a ver visto el video, llevaremos a cabo un debate, en la que es fundamental la participación de todos los padres, para así conocer diferentes puntos de vista y poder llegar a una conclusión. Esta actividad consiste en que se divide al grupo en subgrupos dependiendo de la cantidad de participantes con un representante cada uno para discutir durante seis minutos el tema y llegar a una conclusión.

ACTIVIDAD 1

Nombre de la Actividad ¿Qué sabemos sobre las normas y limites? Objetivo Conocer la información de la cual parten los padres y ofrecerles nuevos datos mediante la teoría y la práctica. Recursos Materiales Fotocopias de las preguntas, bolígrafos, proyector, power point… Tiempo 30 minutos Desarrollo: Comenzaremos la actividad realizando una serie de preguntas para conseguir o averiguar de que tipo de información parten los padres y para ayudarles a entender mejor los normas y límites a través de una presentación de power point. Preguntas: - ¿Creéis que hay que poner límites? ¿Por qué? - ¿Cómo creéis que deben de ser?, en el caso de que haya que ponerlos. - ¿Cuándo hay que ponerlos? - ¿Cómo afectan estos límites en el comportamiento de los niños?. - ¿En vuestra familia tenéis fijadas una serie de normas y limites? Si es así ¿cuáles son? - ¿Estáis implicados los dos (padre y madre) en el cumplimiento de las normas?

LIMITES Y NORMAS

Limites y normas · ¿Qué son los límites? Los límites son las prohibiciones que les ponemos a los niños. Son imprescindibles para su desarrollo y evolución, ya que les aportan seguridad y protección -si el niño es más fuerte que sus padres, no puede sentirse nunca protegido- y además, les ayudará a tener clara la reacción de sus progenitores ante ciertas situaciones en las que puede dudar. Cuando a nuestro hijo le decimos ‘no’ en determinadas ocasiones, le estamos provocando pequeñas frustraciones necesarias para que, poco a poco, pueda renunciar a sus deseos o sepa encajar fallos y decepciones de la vida cotidiana. Si nuestro hijo no ha tenido nunca frustraciones, no sabrá encajarlas, no podrá reaccionar ante ellas y su autoestima se verá afectada, ya que creerá que no sirve para realizar esa tarea o conseguir ese regalo. Por ello, es muy beneficioso negarle pequeñas cosas y que no siempre lo consiga todo. · Cómo debemos poner los límites y las normas Las normas que pongamos deben ser pocas y claras. No podemos estar siempre diciéndoles que no a todo y además, debemos asegurarnos de que las entienden, o difícilmente las cumplirán. Hay que ser constantes con las normas y consecuentes con las decisiones tomadas: las órdenes que nunca se cumplen, los castigos que olvidamos, etc. provocan una pérdida de autoridad y le confunden. Es muy beneficioso felicitar al niño siempre que se lo merezca, especialmente si ha cumplido una norma nueva o un límite que le cuesta asumir. Así le daremos confianza en sí mismo, y comprobará lo felices que nos sentimos al portarse bien. Ser cariñosos pero firmes es importante. Que queramos a nuestros hijos no implica que les dejemos hacer lo que quieran o, por el contrario, debamos ser excesivamente estrictos. Buscar soluciones, sanciones y recompensas adaptadas a lo acontecido ayudarán a evitar confusiones en el niño: no podemos regañarle igual si ha pegado a otro chico que si ha tirado el vaso de leche al suelo.

domingo, 13 de mayo de 2012

VIDEO INTERESANTE

En esta nueva entrada de blogg añadiré un vídeo del exitoso programa de televisión SuperNanny. En este vídeo se muestra de una forma muy correcta la fijación de normas y limites.

FIJAR LIMITES

Qué limites fijar y, sobretodo, cómo hacerlo es, hoy en día, una de las más -grandes preocupaciones a las que, padres y madres, nos enfrentamos. ¿Me habré pasado?, ¿es correcto gritar así?, ¿estará mi hijo traumatizándose?, ¿hasta dónde puedo llegar?, ¿es negativo el castigo? éstas, entre otras dudas, son preguntas a las que generalmente no sabemos contestar.
Esta situación genera, demasiadas veces, un sentimiento de ineficacia, de culpabilidad y otras respuestas demasiado permisivas, agresivas o fuera de lugar.

Fijar límites
Fijar límites, poner normas y ejercer la autoridad era hace una generación una tarea mucho más fácil, con menos complicaciones. Norma no cumplida se convertía en sanción segura. Los límites eran los mismos, o muy parecidos a nivel familiar y social.
Los objetivos de la sociedad coincidían con los de la familia. Esto convertía a cada adulto en “autoridad” frente a todos los hijos e hijas, propios o ajenos. Y las normas eran casi las mismas para todas las personas adultas.
Cuando no funcionaba, aparecía la agresividad verbal y física, las amenazas y el miedo a las consecuencias por haberse saltado el límite.
La situación ha cambiado, y las relaciones interpersonales dentro de la familia son más abiertas y cercanas. Ha aumentado el dialogo, e intentamos que los modos sean más positivos.
Pero algo nos está fallando. La autoridad y la disciplina, que antes se apoyaban en la imposición, ahora es muy difícil ponerlas en práctica.
Nos resulta complicado conjugar en un modelo el respeto a los sentimientos, el diálogo y el desarrollo de responsabilidades por un lado, con el ejercicio de la autoridad y la disciplina por el otro.
Actualmente la relación con nuestros hijos e hijas ha evolucionado positivamente y es más estrecha, pero a la vez no han evolucionado los métodos de control. Y no solo no han evolucionado, sino que recursos con los que se contaba antes, agresiones físicas, castigos excesivos, etc..... ahora no son considerados adecuados.
Además, los objetivos de la sociedad ya no coinciden con los de las familias. El aumento de libertad en la sociedad ha propiciado que ésta sea más permisiva que las familias.